por Gregori Saavedra
«A los humanos nos encantan las predicciones. Pero ahora, siento que estamos un poco hartos de toda esta panda de adivinos. Nadie sabe una mierda, esa es la única verdad. Cuando Werner Karl Heisenberg publicó su trabajo sobre el principio de incertidumbre en 1927, pocos podían imaginar que este término sería el signo de nuestros tiempos casi cien años después. Incertidumbre, incertidumbre, incertidumbre. ¿Y qué ocurre cuando no hay forma de saber lo que nos espera? ¿Dejaremos de preocuparnos por nuestros destinos? ¿Empezaremos a vivir el presente con más intensidad? Tal vez, sí o tal vez no. ¿Quién sabe?»
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